sábado, 30 de noviembre de 2013

Crónica - Capítulo 5: Un buen día para morir




El invento de Jarko para enviar paquetes de información en forma de onda de baja frecuencia a través de la singularidad funcionaba de maravilla, permitiéndonos comunicarnos con el otro lado de la misma mientras esta estuviera abierta, y no nos encontráramos a más de 2 o 3 unidades astronómicas, ya que las interferencias perjudicaban demasiado las comunicaciones a este tipo de frecuencias.

Nos encontrábamos con el camuflaje activado dentro de un sistema joviano desconocido...
... tras una ruta de varios saltos por singularidades, y parecía que finalmente íbamos a conseguir una salida a espacio próximo al núcleo de la galaxia, el imperio de CONCORD, pero sin llegar a pasar por las zonas patrulladas.

- Koenig, eres mis ojos, dime qué ves en tu radar -se había ofrecido hacer de avanzadilla en esta operación, ya que Polipo había quedado atrapado, y ya nos había enviado su posición, camino de nuestro destino por otras vías-.
- Mi radar no alcanza hasta las puertas estelares, pero por el momento sólo detecto algunas anomalías, y ninguna nave por los alrededores. Desplegando sondas de combate... Tres, dos, uno... Eyección. Activando camuflaje. 

Las sondas salieron disparadas al hiperespacio a baja velocidad de curvatura a la posición de triangulación.
(unos instantes después)

- Recibo una señal débil sin firma a unas veinte unidades astronómicas de mi posición. Voy a ocultar las sondas, y a aproximarme a ver si es nuestro objetivo, antes de reposicionarlas sobre él.
- Koenig, ten cuidado y no desactives el camuflaje, que no llevas el crucero mejor equipado para enfrentarte tú solo.
- No sería la primera vez, pero ... Check check check, en el radar obtengo la firma clara de un acorazado Kronos, y en proximidades veo el beacon de 7 pilotos emitiendo firmas de SNUFF Box y de la armada de facción Caldari y Gallente... Espera, 12 ahora. Pero el radar está vacío salvo por el acorazado.
- Recibido, Koenig, mantén la posición, despliega las sondas sobre las proximidades a la Kronos, y danos el aviso en cuanto le hayas bloqueado los motores de curvatura. Roger, adelántate a través del agujero, y posiciónate cerca de Koenig para salvarle el culo si la cosa se complica.
- En camino -Roger era uno de los mejores pilotos de "halcón paladines v2.0" que se llevaba en las flotas de este tipo-.
- ¿Niñera? ¿En serio? -A Koenig parecía no gustarle mis precauciones, pero en el fondo apreciaba que no corriera ningún riesgo-.

Tenía sólo unos instantes para pensar en nuestras cifras de daño, y logística, soporte... Si sería suficiente para el combate. El riesgo merecía la pena, devolver el daño recibido era más que un deber, era una necesidad. Podía imaginarme las peores situaciones, de recuerdos pasados, aunque a veces venían a mi cabeza desordenadamente, como datos corruptos de la memoria. Estos de Ishukone parecían haber perdido facultades actualizando los clones. 

-Lo tengo, su posición al menos... Ocultando sondas y activando motor de curvatura... 5 unidades astronómicas y bajando... 3... 2... 1.. Frenando... ¡Clavado! ¡Venid! 

A medida que iba dándonos la información su voz empezaba a entrecortarse, fruto de la adrenalina que ya fluia en sus venas. Pese a no poseer la capacidad de sentir la emoción del miedo, el temor y la facultad de prepararse ante esa situación con las drogas naturales del cuerpo, había sido mejorado, y junto a las drogas de combate, teníamos una mezcla explosiva que nos permitía responder ante los estímulos en menos de 0.7 décimas de segundo, un 30% más rápido que un humano normal.

-¡Saltad! -los cruceros superaron la barrera del horizonte de sucesos, y tras la consabida aceleración hacia la masa crítica, aparecimos al otro lado- ... Activando curvatura grupal en tres, dos... uno... ¡en marcha! -y dicho esto la luz que nos rodeaba desapareció por momentos, era un efecto de las velocidades super-luz, algo tétrico, pero adictivo-.
- Kronos es primaria... manteneos a un rango de 30 kilómetros de su casco, y activad la propulsión sub-warp para superar el giro de sus torretas. Roger posiciónate en caso de que te necesitemos a tu distancia óptma. Koenig atento al radar, que no estamos solos -el papel de comandante de flota era algo que requería dar instrucciones constantemente, al tiempo que pensabas en todas las posibilidades, y te ponías en situaciones hipotéticas, mentalmente, cada palabra u orden que dabas. Los dolores de cabeza eran más permanentes que los tatuajes de tinta nitrogenada-.
- Check, check, check -cortó Toni las comunicaciones para dar un comunicado urgente-. Ha abierto un conector de hiperespacio. Vamos a tener compañía -El alcance de este tipo de conectores era de hasta unos 14 añoz luz, así que cualquier cosa era esperada llegados a este punto-.

- No sabeis dónde os habeis metido -sonaba en nuestra frecuencia las transmisiones de banda ancha del acorazado de los Tundragon-. Espero que sepais que habeis cometido un error muy grave -continuó-.
- Una, dos, tres.... Joder... diez señales aproximándose a velocidad hiperluz por el hiperespacio... señales de acorazados, cruceros... No me lo puedo creer, también tengo dos señales de navíos capitales... -Stark se estaba emocionando, aunque quien le escuchara diría que se había vuelto a modificar genéticamente para revertir el proceso-.

No era fácil, pero también habíamos logrado distinguir los transpondedores de la clase de naves antes que aterrizaran sobre nuestras cabezas en el hiperespacio, y para este caso, había quedado claro que esperábamos naves de camuflaje y capitales, gracias a la intel de nuestro querido director operativo.

- Sashi, ¡ahora! -dije inmediatamente en nuestra frecuencia de emergencia-.

El espectáculo que se produjo a continuación no tenía parangón... Diez naves capitales llegaron casi al unísono con nuestros objetivos. En visual por las escotillas digitales podíamos observar muchísimo metal suspendido. Cruceros estratégicos, cruceros de reconocimiento, capitales clase MOROS y CHIMERA, y un TANATHOS. De nuestra parte teníamos el ochenta por ciento del contingente, que por cierto... No se esperaban. Pasé a frecuencia 7, donde tenía a la espera, en los alrededores de la galaxia presente, a menos de cinco minutos de nuestra posición, a la flota de la corporación Shimai of New Eden, y algunos avispados pilotos de FURIA.

- Objetivo confirmado y asegurado, esperando soporte de supercapital, podeis aproximar vuestra fllota. Traed el Devoter -un crucero específicamente ideado para detener las naves super capitales, que disponen de un motor de curvatura e hiper luz muy avanzado para los anuladores convencionales-.

Al acabar mi frase, uno de los MOROS abrió un nuevo señuelo, y al instante, como si de un suceso mágico se tratara, vimos aparecer algo que nos eclipsó la luz estelar, volviendo la batalla un campo de líneas de luz intermitentes y contínuas, un espectáculo de luces, en medio de toda la penumbra reinante. La nave nodriza clase NYX había llegado, y con ella una flota de drones cazas que empezó a desplegar sobre mí.

- Modo asedio en los MOROS, neutralización sobre la NYX... resto de flota, destruid el soporte. Koenig, mantén tu posición, no reveles nuestro as en la manga todaví...

No había terminado mi frase, cuando la nave nodriza abrió un nuevo sueñuelo de apertura, y lo que sucedió acto seguido era algo que no esperábamos en absoluto. Quizás les habíamos subestimado, o alguien nos había delatado. Más que nunca me alegré de haber implementado la doctrina del control de adrenalina y el miedo a todos los miembros de la corporación.

- No me lo puedo creer -dijo Jarko-.
- Hoy es un buen día para morir -añadió Ento-, espero que tengan sus asuntos en orden.
- Mantened la calma -repliqué-, silencio radio -no había acabado la frase, cuando entré en shock anafiláctico, un efecto secundario que a veces pasaba, tras las modificaciones-.

En cuanto vimos aparecer otras sendas naves nodriza, y cuatro titanes, empecé a plantearme si no se nos había quedado grande la situación, y pequeña la venganza... Al tiempo que intentaba activar comunicaciones.

 Naza, dirige la flo... -y soltándome el cinturón, caí en redondo sobre el piso, un lugar que ya me era familiar de acontecimientos recientes-.